Marco Verde, el boxeador originario de Mazatlán, Sinaloa, ha marcado un hito en la historia del boxeo mexicano al disputar la final de la categoría de 71 kg en los Juegos 2024. Este 9 de agosto, en un escenario emblemático como Roland Garros, Verde se enfrentó al uzbeko Azadkhuja, en una pelea que mantuvo a todo México expectante.
El camino de Marco Verde hacia la final fue una muestra de determinación y talento. En su primer combate, el 31 de julio, Verde se impuso en octavos de final al mozambiqueño Tiago Osorio Muxanga por decisión dividida, con un marcador de 3-2. Posteriormente, el 3 de agosto, mostró su calidad al vencer al indio Nishant Dev con un contundente 4-1, asegurando así una medalla para México, un logro que no se veía desde Río 2016. Sin embargo, su mayor desafío llegó en semifinales el 6 de agosto, cuando superó al británico Lewis Richardson con otro cerrado 3-2, obteniendo el boleto a la final y manteniendo viva la esperanza de oro para su país.
Aunque la ambición de Marco Verde lo llevó hasta la cúspide del boxeo olímpico, el desenlace no fue el esperado. En la final, Azadkhuja, con una técnica depurada y una estrategia efectiva, se impuso por decisión unánime, con un puntaje de 29-28. Este resultado dejó a Verde con la medalla de plata, un logro inmenso que lo coloca en la élite del boxeo mexicano y mundial. A pesar de no haber conseguido el oro, Verde se une a los grandes nombres del boxeo olímpico mexicano, como Ricardo Delgado y Antonio Roldán.
La medalla de plata de Marco Verde, más allá del color, es un símbolo de orgullo para México. Aunque el oro se le escapó, la historia recordará a Marco Verde como un guerrero que luchó hasta el final, dejando una marca importante en el deporte olímpico.