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El Día de la Madre es una celebración que honra a las madres y se lleva a cabo en diferentes fechas alrededor del mundo, dependiendo de la cultura y la nación. Las primeras celebraciones datan de la antigua Grecia, donde se honraba a Rea, la madre de los dioses como Zeus, Poseidón y Hades. Los romanos adoptaron esta festividad, llamada Hilaria, celebrada el 15 de marzo en el templo de Cibeles. Con la llegada del cristianismo, estas celebraciones se transformaron para honrar a la Virgen María, la madre de Jesús.

En el siglo XVII en Inglaterra, se celebraba el «domingo de las Madres», una ocasión en la que los niños asistían a misa y regresaban a casa con regalos para sus madres. En esta época, a muchos trabajadores se les concedía este día libre para visitar a sus familias.

El origen contemporáneo del Día de la Madre en Estados Unidos se remonta a 1865, cuando la poeta y activista Julia Ward Howe organizó celebraciones religiosas y manifestaciones pacíficas en Boston, invitando a madres afectadas por la Guerra de Secesión. Paralelamente, Ann Jarvis, una activista de Virginia, comenzó a organizar reuniones para que las madres discutieran temas de actualidad. Tras la muerte de Ann Jarvis en 1905, su hija Anna Jarvis conmemoró su legado organizando un Día de la Madre cada segundo domingo de mayo y, tras una intensa campaña, logró que el presidente Woodrow Wilson oficializara esta fecha en 1914.

En México, la celebración se inició en 1922, aunque hay registros de una celebración en Oaxaca en 1913. México se convirtió en el primer país latinoamericano en sumarse a esta conmemoración. La fecha del 10 de mayo fue elegida por coincidir con el día de pago en esa época y por ser mayo el mes consagrado a la Virgen. Esta festividad ha adquirido gran importancia en México, y en 1949 se inauguró una gran escultura en honor a la madre en la capital del país.