El Presidente Andrés Manuel López Obrador inició su conferencia matutina criticando al empresario Ricardo Salinas Pliego, a quien acusó de utilizar la concesión de TV Azteca para atacar a su gobierno, especialmente en contra de la reforma al sistema de pensiones en discusión en el Senado. Dedicó 37 minutos a exponer que Salinas Pliego miente y que hay una campaña «vulgar» desde su televisora para defender intereses particulares, a pesar de ser una concesión pública.
Contrastando su estilo de vida con el del empresario, López Obrador comentó que, a diferencia de Salinas Pliego, a quien le gustan los yates, a él le daría vergüenza usar uno en un país con tanta pobreza. Se describió a sí mismo como feliz disfrutando de placeres sencillos como leer un libro o bañarse en una cascada, y resaltó su gozo al recorrer pueblos y abrazar a la gente.
Aunque enfatizó que Salinas Pliego abusa de su posición, descartó quitarle la concesión, reafirmando su postura de no ser autoritario ni represor. Subrayó la importancia del amor al prójimo y la felicidad no basada en acumular bienes materiales.
El Presidente también tocó el tema de la polarización, mencionando que existe un «fanatismo conservador» en ciertos sectores medios aspiracionales, deseosos de yates y bienes de lujo. Reconoció la habilidad de Salinas Pliego para persuadir, pero aclaró que su intención no es pelear sino aclarar las cosas. Finalmente, admitió que aunque las perspectivas son distintas y probablemente inamovibles entre ellos, lo que prevalece es el respeto mutuo.