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Si bien el ingreso de 3 frentes fríos al país en las últimas semanas provocaron algunas lluvias, no han sido suficientes para contrarrestar la grave sequía que se registra en gran parte del territorio nacional donde mil 236 municipios, es decir el 50% de ellos, presentan algún grado de sequía lo que impacta de manera importante en las actividades agrícolas del país.

La situación se complica en 5 entidades donde la totalidad de sus municipios registran sequía absoluta a unos días de que termine este 2023.

Aguascalientes, Chihuahua, Ciudad de México, Guanajuato y Querétaro, presentan el 100% de sus municipios con sequía, mientras que Sonora, el 99% e Hidalgo el 93 %, según un estudio del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas con base en cifras de la Conagua.

El número de municipios con sequía severa se incrementó al pasar de 39 a 42 en las últimas dos semanas.

El análisis de GCMA, dibuja un negro panorama para el próximo año en materia de sequía que pegará de manera importante en el sector agrícola del norte del país pues las presas de uso agrícola están cubiertas al 42.7% de su capacidad.

Tamaulipas perfila una situación crítica pues su presa está con el 18.6 % de su capacidad seguida de la de Sonora que está en rojo intenso con el 28.7 % y la de Sinaloa, considerado el granero del país, está  al 31.4 %.

La presa de Guanajuato  termina el año con 39.1% de la capacidad de su presa mientras que Chihuahua registra 41.1 %.

«La sequía de moderada a severa (D1 a D2), se incrementó en Coahuila, Tamaulipas, Veracruz y Oaxaca, la sequía extrema (D3), en Sonora, Chihuahua y Tamaulipas. Mientras que la sequía excepcional (D4), aumentó ligeramente en Durango y la región de las Huastecas», indicó.

La información del organismo señaló que en 2023 se reportaron altos niveles de sequía, con picos en enero, cuando se presentó en el 80% del territorio nacional, en marzo con 52%, en agosto con 61% y septiembre con 75%.

Esto significa que, en lo que va del año, las 32 entidades de México han enfrentado algún grado de escasez de agua.

En tanto, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) reportó en septiembre que más de 500,000 hectáreas de cultivos habían sufrido daños por las sequías y algunos estados perdieron el ciclo agrícola primavera-verano.

La escasez de agua y el aumento de sequías se ciñen como una amenaza real en México donde la disponibilidad del vital líquido por persona se ha reducido de manera dramática en los últimos años y se estima que en el 2030 cada habitante solo dispondrá de los 3 mil metros cúbicos (m3) por habitante al año, es decir, una tercera parte de lo que tenía en 1960.

Un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) denominado Aguas en México, ¿escasez o mala gestión?, estima que para 2030, esta disponibilidad en México descienda debajo de los 3 mil m3 por habitante al año.

Alerta que la contaminación de ríos, cuencas, sobre explotación, precipitación desigual en estados del país, sequías, y el cambio climático han colocado a México en un escenario complicado en disposición de agua para las principales actividades del país como es la agricultura, ganadería, acuacultura, pero sobre todo para el consumo humano.

El norte y centro de México han sido las regiones más afectadas, donde la temperatura media anual ha incrementado entre 1.2 y 2.4 °C de 2000 a 2020.

Esto –agrega–ha propiciado la variación de lluvias en el país y, con ello, la baja de la capacidad de las principales presas. El gobierno mexicano debe actualizar las políticas para la correcta gestión del agua con el objetivo de abastecer a la población mexicana, y para dar cumplimiento a los acuerdos transfronterizos que se tienen con Estados Unidos, Belice y Guatemala.

El análisis detalla que México es un país vulnerable a sequías con 52% de su territorio ubicado en clima árido o semiárido.

En total, 14 estados se encuentran en estas regiones. Aunque las sequías son fenómenos recurrentes, durante la última década éstas han ido en aumento en frecuencia, intensidad y duración.

En 2021 se registraron 8 mil ,491 sequías, de las cuales 71% fueron severas -con las que hay el riesgo de pérdidas de cultivos-, 26% fueron extremas -con pérdidas mayores en cultivos, y riesgo de incendios forestales- y 3% fueron sequías excepcionales, es decir con escasez total de agua en embalses, arroyos y pozos.